Inicio de la guerra
Noviembre de 2013, en el corazón de Ucrania prende el Maidan, una “revuelta de terciopelo” contra la corrupción, la oligarquía y por la integración en Europa. La represión policial y la contundencia de los manifestantes desatan una espiral de violencia que tumba al gobierno y lleva al poder a la oposición. Parte de la población no reconoce al nuevo gobierno y organiza distintas formas de resistencia. Ucrania escenifica su división histórica: un noroeste proeuropeo y un sureste prorruso. En marzo Crimea se escinde de Ucrania y vota su integración en Rusia. En Jarkov, Jerson, Zaporozhie, Odesa, Lugansk y Donetsk los manifestantes anti-maidan1 tratan de tomar los edificios institucionales para separarse de Ucrania y fundar Novorossia. De Kiev se lanzan al sur trenes de ultranacionalistas armados para reprimir a los manifestantes. En Lugansk el 6 de abril la policía entrega la sede del ministerio del interior a los manifestantes anti-maidan, en ella hay 8500 fusiles. Con ellos tomarán los cuarteles, capturando 137 bocas de fuego2. Parte de las armas son enviadas a Donetsk y estas dos provincias, la región minera y metalúrgica del Donbass, comienzan la resistencia armada. La represión de los ultranacionalistas es ya inútil. El 17 de abril el gobierno anuncia la Operación antiterrorista y envía el ejército contra ellos. En el resto de Ucrania el movimiento anti-maidan es sofocado. El 2 de mayo en Odesa sus activistas son acorralados en la casa de los sindicatos, donde sus perseguidores los queman vivos. Mueren, oficialmente, unas 50 personas. La crueldad de este crimen a día de hoy impune activa definitivamente la solidaridad antifascista: voluntarios de todos los confines soviéticos y más allá acuden en auxilio del Donbass.
